Imposible dar las cifras de ventas de mayo sin hablar de la pandemia y sus efectos en la economía de los pequeños y medianos comercios de indumentaria y calzado que han sido demoledores. El aislamiento social preventivo y obligatorio los obligó a cerrar sus puertas por un período de tiempo del que aún se desconoce su fecha de finalización. En este duro contexto, los dueños de los negocios deben enfrentarse a un desafío por partida doble: sobrevivir al derrumbe de la actividad y reinventarse en tiempo récord adoptando nuevas estrategias de venta. Durante las primeras semanas de parate, muchos de los comerciantes y diseñadores optaron por fabricar elementos destinados a cubrir la demanda de la emergencia sanitaria: barbijos, máscaras, camisolines, batas, cubrecalzado y gorros para médicos, futuros pacientes y particulares. Una alternativa que les permitió seguir facturando lo mínimo, aunque no logró mantener a flote a un sector que emplea a un millón de personas entre calzado e indumentaria.
De acuerdo con el último informe realizado por CAME Joven, sólo el 50% de los encuestados, comercializaban sus productos y/o servicios de manera online. El relevamiento demuestra que los modelos de negocio de muchos de los comerciantes del sector no estaban preparados para desembarcar en las operaciones digitales. Mientras se lucha por mantener a flote, la apuesta hacia el comercio electrónico comienza a dar sus primeros resultados optimistas. Y por el otro lado la Camara Argentina de Comercio Electronico (CACE) informa un alza del 76% respecto del año anterior. Localmente varias asociaciones, intensificamos las ofertas de los comercios en nuestras redes sociales, promocionamos las ventas pactadas y todo lo que pudieramos hacer siempre cumpliendo con las medidas sanitarias impuestas. Un comerciante local ha desarrollado una APP (aplicación) para potenciar el negocio de cercania el que ya se encuentra en la etapa de prueba, pues los riesgos de contagio nos llevaran a un tiempo mas con restricciones de apertura.